En el anterior post hablábamos de publicidad subliminal, antes de que un tsunami de trabajo nos atrapara bajo sus aguas, y me calenté… pero de mala manera al ver “cienes y cienes” de ejemplos de publicidad sexual pero que de subliminal no tienen nada, pero nada de nada monada, nada.

* Subliminal: aquello que se ubica por debajo del umbral de la conciencia. Cuando el término se aplica a un estímulo, hace referencia a que no es percibido de forma conciente, pero de todos modos influye en la conducta.

Hoy en día percibimos estímulos sexuales continuamente y no suponen ningún tabú. Otra cosa es que algunos anuncios sexuales pueden resultar subliminales al ser de sutil concepción. Pero otros son sexuales, y para nada subliminales, algunos, muchos… muy explícitos, y dentro de estos como en todas las familias, buenos y malos… y de vergüenza ajena, también.

Y es que como decía un primo mío italiano, vendedor de neumáticos para más señas, “la potencia sin control no sirve de nada”.

La publicidad utiliza frecuentemente el sexo como reclamo, llamar la atención y “seducir” al publico en 0,1″ es el objetivo.

El erotismo, el glamour y el cuerpo femenino dominaban este campo durante décadas (Mad Men dixit). Ahora los cuerpos masculinos también abundan y el erotismo a dejado sitio al sexo, muchas veces, y cada vez más… explícito. Impacto directo y polémica son del agrado de muchos anunciantes. Publicidad gratis. Es un objetivo muy lícito buscar que te censuren la campaña. Sería un grandísimo cliente ¡Marketing de Guerrilla RULES!

Estamos acostumbrándonos a que se utilice el sexo para todo y muchas veces de manera bastante burda y ridícula, que no aporta ningún valor positivo a la marca. (Y no, no somos ni mucho menos de la escuela de Rouco o de la Iglesia Evangélica, Apostólica y Catecúmena del Séptimo Día y del Divino Tesoro de la Blanca Paloma IEACSDDTBP.) Y eso que existen publicaciones y medios en las que una burrada es asumible y hasta necesaria por el carácter y el tono de ese medio y su target… pero esto es una maravillosa excepción y el sueño húmedo de muchos creativos y diseñadores. ¡Libertad creativaaaa!

¡SEXO sí, pero cerebro, digo… MENSAJE también!